En Tartas con Estilo elaboramos deliciosas y frescas tartas artesanas, trabajamos sin conservantes, sin sabores artificiales, utilizamos colorantes naturales en los bizcochos y empleamos las mejores materias primas. Hacemos elegantes y riquísimas tartas decoradas a medida, cupcakes, galletas y dulces personalizados para toda ocasión, transformamos ideas y sentimientos en deliciosa y creativa repostería. Confeccionamos pastelería sin lactosa, sin huevo, sin azúcar y sin frutos secos, comercializamos también diversos productos sin gluten de la marca Betina. Además diariamente hacemos la más selecta bollería tradicional, pan artesanal, pastelería del mundo, trufas, mazapanes, bombones y dulces en pequeño formato. Nuestra repostería es original, exclusiva, de calidad y llena de detalles especiales. Diseñamos nuestros productos de manera única, trabajando individualmente en cada proyecto, ponemos todo nuestro cariño y corazón en cada creación.
Tartas con Estilo, que empezó como una aventura y con mucha ilusión en el año 2012, pero contamos con más de doce años de experiencia a pesar de nuestra juventud. Somos una pareja, Kerry y Toñi. Yo (Toñi) vengo de una familia con alta tradición repostera, donde grandes y maravillosas pasteleras a través de cinco generaciones, me han transmitido sus recetas, sus trucos y su pasión por las tartas. Kerry añade seriedad y logística al negocio, a medida que ha ido incorporándose también a los procesos de producción, aprendiendo cómo se aprende en mi familia «pónte aquí para que aprendas» y como es un buen alumno, ya hace tartas enteras él solo.
Toñi Blanco A.
Propietario del negocio
Mi bisabuela (judía procedentes de Marruecos) tuvo la primera pastelería de dulces marroquíes en Puerto La Cruz (Anzoátegui, zona costera al noreste de Venezuela) de ella aprendieron mis abuelas, mis tías, mi madre, mis hermanas y yo.
Da igual quién fuese la maestra, la frase era: «ven, pónte aquí para que aprendas» y uno buscaba una silla para subirse y ver la magia de las claras de huevo batirse a punto de nieve y convertirse en «cremita» de la cual sólo te dejaban probar una cucharadita. Con los años me convertí en ayudante de mi madre, de mi tía Nena, y de mi hermana, y luego, pasé de ayudante a dueña de una linda pastelería en Madrid.No se encontraron registros
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